lunes, 15 de diciembre de 2014

CAMINA PEQUEÑA, CAMINA.


Cuántas veces hemos sentido que ya no podíamos más, que habíamos llegado al límite de nuestras fuerzas, que no aguantaríamos un nuevo golpe y que por lo tanto, no tardaríamos en derrumbarnos. Y sin embargo, estamos aquí. No sabemos muy bien cómo pero conseguimos terminar esa etapa del camino.

Caminos, hay tantos como personas, y cada camino tiene tantas bifurcaciones como sueños tiene esta persona. El principio siempre es fácil, recorrer los primeros kilómetros es bonito, agradable y llevadero. Vas acompañado, en piña, arropado por tus amigos, familia, conocidos… Y estamos tranquilos, despreocupados. El camino es llano y apenas hay piedras a tu paso, pero si por algún casual tropezamos sabemos que ellos estarán ahí para levantarnos, y esa sensación es tan agradable… te sientes tan protegido y querido… Desearías que siempre fuese así. Pero por desgracia, no lo es. Al poco tiempo empiezas a ver como discretamente cada vez hay menos personas a tu lado. Al principio casi ni lo notas, eran gente lejana, a los que apenas conocías, y apenas piensas en ello. Pero de repente, un día descubres que esa persona especial ya no está, ya ha tomado su bifurcación, ya no está contigo. Y cada vez son más y más los que van tomando su propia dirección.

Pasa el colegio, el instituto,…la universidad,…Y de repente te encuentras volando solo. Y sientes miedo y soledad. También te sientes libre, pero ese sentimiento se ve aplastado por los dos primeros, temes no ser capaz, te asusta caer. Por eso batirás con fuerza las alas y pronto sentirás que tus fuerzas se agotan, que ya no puedes más, que en el momento en el que el viento deje de soplar, te precipitarás al vacío. Pero no debemos tener miedo, porque después de todo es para lo que nos hemos estado preparando todo este tiempo. Y es entonces cuando ocurre, el viento cesa, pero no caes, sigues en el aire, volando. En algún momento, en medio de todo el miedo y estrés, una parte de nosotros ha tirado hacia delante con la vista fija en la meta y hemos conseguido salir adelante. Y ahora nos encontramos un paso más cerca de nuestros sueños.

Claro que en el momento, nunca nos acordamos de las veces en las que lo hemos conseguido. De eso se encargaban los amigos y familia, de recordarnos nuestro potencial, de ayudarnos a encontrar de nuevo el camino. Y ahora que estamos solos sentimos que el norte ha desaparecido. Y esa es una de las razones por las que les extrañamos. Miramos atrás y vemos cómo era todo antes. Sentimos nostalgia, se nos empañan los ojos, querríamos volver atrás, solo un momento, para decirles una vez que les queremos. Pero eso no es posible.

A la gran mayoría es muy posible que no volvamos a verles, pero probablemente ese pequeño grupo de personas vuelva a cruzarse en nuestro camino. Habrá pasado tiempo, habremos cambiado, madurado, habremos vuelto a ser niños, pero nos daremos cuenta de que esa chispa que saltaba entre nosotros no se apagado. Ese día ya no les necesitaremos como antes, pero disfrutaremos incluso más de su presencia, porque esta vez no temeremos su partida, porque esta vez sabemos que podemos sobrevivir solos, y aguantar su ausencia hasta que nuestros caminos vuelvan a cruzarse.
Pero por si acaso el camino se alarga, no esperes a mañana para decirles “te quiero”, porque es posible que mañana ellos ya hayan alzado el vuelo y sigan ya su propio camino.

No temas seguir tu camino en la vida, no temas hacerlo solo, porque recuerda que el mundo es una red de caminos, acabarás reencontrándoles.



Inés Sanchez

viernes, 12 de diciembre de 2014

PALABRAS

Palabras… nunca algo ha sido tan caro como las palabras. Vosotros pensareis… ¡¡estás loco!!, y os doy la razón, pero no en esta afirmación.

¿Cuántas veces nos cuesta decir una palabra a tiempo?, un “gracias” a una recompensa recibida, un “perdón” cuando cometemos algún hecho en contra de alguien, un “te quiero” a nuestros padres o abuelos a diario o un “te amo” a la personas que realmente amas y todavía no lo sabe.

“Las palabras se quedan en el olvido” dicen por ahí, ¡que incierto es!, las palabras permanecen en la memoria, ¿Quién no recuerda esos consejos que les daban sus abuelos? Para mí, las palabras, son las armas más poderosas que tiene el ser humano, capaz de hacer el mayor bien del mundo, pero también capaces de destruirlo.

Dicen que no hay mayor desprecio que no hacer aprecio, yo opino que el mayor desprecio es una mala palabra en un mal momento, y la mayor parte de ellas son intencionadas, y no nos podemos imaginar el dolor y el daño que podemos provocar con ellas.

En cambio, las palabras bonitas y sinceras pueden alegrar a uno el día, o incluso su vida. Hace poco más de 24 horas, unas palabras que a mí me llegaron el corazón y me hicieron replantearme varios aspectos en los que me encontraba dubitativo. Las buenas palabras son un regalo, un soplo de aire fresco en el calor sofocante. Han pasado más, de 24 horas y todavía sonrío al recordar esas palabras, palabras que quedaran marcadas en mi mente y en las de muchos compañeros, al igual, que otras simples palabras hechas pregunta en una fría noche del 6 de diciembre, que sin ser bellas, atravesaron mi corazón sin barrera posible.

Por todas estas palabras, las que no dije nunca y las que diré siempre…


GRACIAS

Búfalo Trabajador

lunes, 17 de junio de 2013

Muchas veces creemos que la vida nos dice "No", cuando solo nos dice "espera".

A veces, lo único que necesitas es la seguridad de saber que su caes, alguien se va a poner debajo de ti para amortiguarte el golpe sin importarle su propio dolor.

Y confiaras.

Sentirás como se convierte en tu centro de gravedad, acudirás a esa persona por cualquier pequeño problema que tengas, cualquier duda, cualquier resto del pasado que se te esté atravesando y esté desangrando la herida una vez más.

Y te sentirás bien, porque también harás lo mismo con esa persona, tendrás tu propio ángel de la guarda en la tierra, seréis uno y eso nadie lo cambiará.

El problema es que en estos tiempos muy poca gente nace con alas.



Marcia Fernández

domingo, 16 de junio de 2013

Mente positiva

¿Os habéis dado cuenta de lo rápido que han pasado estos 9 meses? Muchos de nosotros queríamos que terminaran para descansar, o para ir a la piscina, o para hacer viajes, o para ver a amigos que no son de tu mismo país/ciudad, o, simplemente, para descansar. 

Nos hemos esforzados, algunos más que otros, para poder tener por delante unos tres meses sin tener que decir, “tengo que estudiar”, para disfrutar; y por suerte tenemos una actividad en común, todos los sabéis ya, ese camino al que nos vamos a preparar a conciencia, sabiendo lo que conlleva, esforzándonos para superarlo igual que hemos superado nueves intensos meses. Con esto, lo que quiero decir es que, aprovechéis el tiempo al máximo, que si 3 trimestres se han pasado rápido, solamente 1 que es lo que dura nuestro verano, se hará corto. 

Hacer todo con cabeza, sabiendo siempre lo que estáis haciendo, y no antepongáis algo momentáneo a algo que puede ser fijo. Vivir cada día como si fuera el último; y cada experiencia como si fuera una nueva, aunque la hayáis vivido, cogerla con más deseo aún. 

Mente positiva, que de aquí a un mes estamos de camino para empezar un nuevo camino, valga la redundancia.  Ser felices, que nada ni nadie sea capaz de quitaros la sonrisa de la cara.


Ana Belén del Prado

miércoles, 12 de junio de 2013

El resto del tiempo

Se está acercando la hora en la que nos toca decidir. Acabamos el curso y toca pensar en el curso que viene, a que instituto iré… quienes serán mis compañeros… serán sencillos los exámenes…

Ey ey ey parad el carro!!! Quedan 3 meses para eso!

Espero que para todos vosotros estos 3 meses sean unos meses tranquilos porque no tengáis que estudiar recuperaciones, y, decidir lo que de verdad importa en estos calurosos meses: que hacer, donde ir, con quien pasar mi tiempo libre…

Bien es cierto que a muchos os gustaría estar en la playa o en la piscina con vuestros amigos o pareja, otros quieren viajar ya sea conociendo España (Madrid, Canarias, Bilbao…) o descubriendo Europa ya sea Roma, Hungría o Libourne.

Otros prefieren aprovechar el tiempo para salir a hacer deporte, estar tranquilamente rodeados de familia y amigos o sencillamente ver una película al abrigo de sus mejores amigas.

Pero son 3 meses y aunque parezca que no, se hacen largos. Hay tiempo para todo tiempo para jugar, tiempo para viajar, para vivir nuevas experiencias. Tiempo para sonreír y gritar, tiempo para conocer nuevas amistades y tiempo para amar.

Una vez me dijo un amigo: como me gustaría tener el tiempo libre suficiente como para perderlo.

Que frase tan tonta pensé yo en aquel momento, “Como vas a querer perder el tiempo”

Con los años me di cuenta que lo que de verdad me decía mi amigo no era que quería perder el tiempo, lo que de verdad me decía era que no dejaba pasar un minuto sin hacer lo que le gustara, pero sin desaprovechar ni un solo segundo de su valiosos 3 meses.

Por aquel entonces yo era joven y me quería comer el mundo como vosotros, pero al llegar septiembre año tras año me lamentaba de haber perdido el tiempo.

Con el paso de los años os daréis cuenta que ese tiempo no se vuelve a recuperar.

Vosotros tenéis 129600 minutos que aprovechar este verano, yo desgraciadamente 11520, eso si os aseguro que no desperdiciare ni un solo segundo de ese tiempo.

El resto del tiempo…. Digamos que los 129600 minutos están en vuestras manos.

"No dejéis para mañana lo que podáis hacer hoy, porque, tal vez, no exista mañana"


Carlos Carpintero

jueves, 6 de junio de 2013

Persigue tus sueños

Todos tenemos sueños y aspiraciones para el futuro, como salir a estudiar fuera de nuestra ciudad, trabajar en lo que realmente nos gusta…

Si tú realmente quieres conseguir tus sueños no permitas que nada ni nadie te lo impida.

Cuando la gente intente ponerte barreras recuerda que “el Scout afronta las dificultades con un sonrisa”

Por muchas barreras que te ponga la vida jamás te des por vencido, para que, finalmente cuando lleves a cabo tus sueños puedas estar orgulloso y sentirte realizado al ver que lo has conseguido gracias a no haberte rendido nunca.

Cuando la vida te ponga una barrera arremete contra ella hasta que puedas seguir tu camino para ver realizados tus sueños


Sergio Hernández

miércoles, 5 de junio de 2013

El tiempo pasa y no vuelve

Muchas veces dejas pasar una oportunidad por miedo, por vergüenza o simplemente porque no te apetece y con el paso del tiempo te arrepientes y te das cuenta de todo lo que has dejado pasar.

Por todas las veces que tienes la sensación de haber desperdiciado una oportunidad, de haber perdido el tiempo… y ya no puedes dar marcha atrás…

Ahora que puedes, aprovecha al máximo cada hora, cada minuto, no dejes pasar el tiempo en balde y procura que dentro de un tiempo cuando eches la vista atrás puedas decir con orgullo que aprovechaste el momento y no te arrepientes de nada; por que recuerda:

El tiempo pasa y no vuelve

Ana Vera